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Doña Fina (de Calderón, alguien que ha conocido a los mejores poetas españoles del siglo) recordó en directo aquella tarde, siendo niña, en que su padre llegó a casa acompañado de García Lorca. No quería ponerse muletas y García Lorca hizo de mediador: «Las muletas son alas de palo de los ángeles y de los niños buenos».«Y tú, ¿por qué no las llevas si te gustan tanto?», replicó Fina.
Lorca cogió una, la apoyó en el suelo y respondió: «Son escaleras traidoras».«¿Y las gomas en las puntas son para borrar los pasos?», le preguntó Fina.
Lorca se acercó, le dio un beso en la mejilla y le dijo: «Mira, niña, los pasos nunca se borran».
Programa de radio 'Con solera', Onda Cero (España)
Citado por: Luis Oz, Diario El Mundo, 16 Julio 2000
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